METAMODELO FUNDAMENTALS EXPLAINED

metamodelo Fundamentals Explained

metamodelo Fundamentals Explained

Blog Article

Ello ayuda a evitar dos dificultades: por un lado, evitar los peligros de efectuar un tratamiento typical sin tener en cuenta la especificidad de la situación para el individuo implicado y, por otro lado, evitar focalizar la ayuda en elementos personales sin reconocer el papel que pueden jugar aspectos estructurales y culturales. El modelo nos plantea que para que el Trabajo Social sea efectivo necesita tener en cuenta ambas dimensiones. La necesidad de elegir da al individuo la oportunidad de poder cambiar aspectos de la situación en la que se encuentra, de tal forma que puede tomar un Command mayor sobre las circunstancias que le ocurren que lo que realmente le permiten las restricciones objetivas que le impone el mundo social. A menudo esta libertad se convierte en una carga pesada en el sentido de que con-

El segundo aspecto propio de la evaluación se relaciona con la manera de explicar los problemas de conducta. Los teóricos reconocen tres conjuntos de condiciones: las condiciones genéticas o biológicas, las condiciones históricas (la secuencia histórica de aprendizaje de una persona) y las condiciones actuales. Determinar cuáles son las condiciones causales de la conducta es determinante para este enfoque de intervención. c) Evaluación de los recursos terapéuticos. Este aspecto se refiere a la evaluación de las potencialidades y limitaciones terapéuticas del cliente. Para ello es necesario considerar hasta qué grado el medio en que se desenvuelve el paciente puede facilitar o estorbar la implantación de cualquier procedimiento terapéutico. Hay que conocer qué cosa o evento constituye una recompensa para el cliente en su ambiente, así como la posibilidad de que se concedan estas recompensas para fortalecer la conducta deseada o retirarlas para reducir la conducta problema. Igualmente hay que prestar atención a las potencialidades y limitaciones personales del cliente. Una de las más importantes para este enfoque es la capacidad de autocontrol, ya que afectará a las decisiones que se tomen acerca del tratamiento y que incluyan la corrección de falsas concepciones que estén generando respuestas emocionales difficultyáticas o la desorganización de procesos ocultos que generan respuestas problema. La evaluación de la ca-

Pincus y Minahan (1973) desarrollaron un modelo práctico de Trabajo Social bajo el trasfondo de la búsqueda de un modelo unitario que sirviera como referencia de actuación para todo tipo de práctica profesional en Trabajo Social.

Esta es la principal aportación que O’Hagan efectúa al modelo de intervención en crisis para el Trabajo Social: la aplicación de la teoría de los sistemas en la comprensión de las situaciones de disaster.

Dicho modelo corresponde con una representación distinct y parcial que cada uno de nosotros hacemos de dicha realidad.

El modelo conductista interpreta que la mayoría de las conductas humanas, incluso las que se consideran instintivas, son adquiridas en el marco de un aprendizaje y son resultado de las interacciones entre el individuo y su entorno. Adaptadas o inadaptadas, deseables o indeseables, las conductas del individuo han sido aprendidas de la misma manera; las reacciones de los otros y sobre todo de las personas más significativas constituyen un refuerzo repetido que contribuye a la adquisición de las conductas. Este proceso puede ser utilizado para el cambio de una conducta por otra conducta aprendida pero adaptada. three.1.

En respuesta a esta tensión o ansiedad, los individuos reaccionan poniendo en marcha lo que Caplan denomina como «habilidades tradicionales» en la resolución de problemas, es decir, habilidades que el individuo pone en marcha habitualmente ante una situación de crisis. Una vez que estas habilidades han redefinido el problema, puede que se haya conseguido acabar con la crisis, pero si no se logra, el individuo pasa a la segunda fase de crisis, caracterizada por un substantial incremento de la tensión y de la angustia. Durante la segunda fase el individuo pone en marcha las denominadas «habilidades de emergencia» para la solución de problemas, con el fin de reducir el nivel de tensión y angustia que padece. Estas habilidades de emergencia son soluciones temporales hasta que se encuentre una solución mejor. La tercera fase de la disaster se desencadena cuando estas habilidades de emergencia no consiguen prolongar el alivio emocional deseado. Durante esta tercera fase la tensión o la ansiedad acrecientan su fuerza hasta tal punto que el individuo se desespera y puede tomar la decisión de poner en marcha las denominadas por Caplan «medidas drásticas de solución de problemas» (ingesta de Alcoholic beverages, drogas, psicosis, suicidio). Estas medidas conducen a la cuarta fase, la remaining de la disaster donde el estado de equilibrio que se consigue puede ser o no beneficioso para la persona implicada. El resultado last es que algunas personas salen psicológicamente más fuertes de las disaster, mientras que otras salen muy debilitadas.

El Trabajo Social feminista comienza su contribución con este objetivo mediante la iniciación de relaciones menos opresivas entre cliente y trabajador social, reduciendo la opresiva naturaleza que conlleva toda política y práctica organizativa. Este objetivo también se puede conseguir mediante el desarrollo de campañas y redes que ataquen aquellos aspectos que minan las capacidades de los individuos para desarrollar todo su potencial, como por ejemplo pueden ser la pobreza, la violencia o el abuso sexual. Los trabajadores sociales feministas, preocupados por mejorar la calidad de las vidas de los individuos y por su favorable disposición a intervenir de forma que aumente el bienestar de los grupos menos favorecidos de la sociedad, hacen del Trabajo Social feminista una forma política de Trabajo Social que adopta una posición moral que se opone a la injusticia y a la opresión, incluidas las perpetradas por mujeres (Dominelli y McLeod, 1999). Y reconociendo las múltiples identidades de las mujeres, el Trabajo Social feminista condena la prioridad de una forma de opresión sobre otra. El Trabajo Social feminista enlaza lo private y lo social centrándose en la persona principal y examinando las interconexiones entre las personas y las estructuras en las que se desenvuelven y viven. Eso sí, teniendo siempre en cuenta en su intervención la necesidad de erradicar toda forma de opresión y de discriminación de las mujeres. En lo que se refiere a las técnicas, hay que indicar que más que unas determinadas técnicas, el modelo de intervención feminista aporta un enfoque teórico para la práctica.

El trabajador social gestor de casos debe desarrollar y mantener una relación de confianza con el cliente que le permita utilizar la empatía para promover la comunicación y entender las complejidades de la elección y puesta en marcha de diversas soluciones. b) Vincular a los clientes con los servicios necesitados. Vincular implica enviar o transferir los clientes a otros servicios que han sido definidos como parte importante en la planificación del servicio. Bajo esta perspectiva la gestión de casos es un modelo de intervención para la solución de problemas «que garantiza la continuidad del servicio y supera la rigidez de los sistemas, la fragmentación de los servicios, la infrautilización de ciertos recursos y la inaccesibilidad de los mismos» (Greene, 1992: twenty). Es decir, la derivación de los clientes a otros servicios no significa que el trabajador social se desentienda del cliente, sino que facilita su vinculación a aquellos servicios cuya actuación es decisiva para la solución del problema y que ha sido fijada previamente en el strategy de intervención. Esta vinculación con otros servicios permite que los clientes rentabilicen al máximo aquellos recursos de los que se dispone en su entorno, superando todas las barreras de accesibilidad que puedan existir. El trabajador social hace un seguimiento del cliente, no se desentiende de él, al contrario, le ayuda a incrementar su capacidad tanto interna como externa, de tal forma que la utilización prolongada de servicios no sea necesaria.

Esos dos conceptos reflejan dos características básicas que tiene un sistema: a) Totalidad: todo sistema tiene naturaleza orgánica, de tal forma que una acción que produzca cambio en una de las partes del sistema producirá cambios en el resto de partes del sistema. El enfoque de los sistemas no es un enfoque analítico, en el cual el todo se descompone en sus partes constituyentes para luego estudiar en forma aislada cada uno de los elementos descompuestos; se trata más bien de un tipo gestáltico de enfoque, que trata de encarar el todo con todas sus partes interrelacionadas e interdependientes en interacción. Como ya hemos señalado anteriormente, de la interacción de las diversas partes que componen el sistema surgen las propiedades propias del sistema, siendo distintas a las de las de cada uno de los elementos o componentes del mismo. b) Objetivo: todo sistema tiene uno o algunos objetivos. Todos los sistemas incluyen componentes que interactúan y la interacción hace que se alcance alguna meta, un estado final o una posición de equilibrio. Si, como hemos visto, el primer paradigma importante en la teoría de los sistemas es el hecho de que «el todo es más que la suma de las partes», el segundo paradigma relevante en la teoría sistémica se concreta en la relación entre «el todo» y «el entorno». Bertalanffy apunta que un sistema se diferen-

g) Apreciar las contribuciones de las mujeres y utilizar las experiencias individuales para dar sentido de su realidad social (Prepare dinner y Kirk, 1983, citado en Dominelli, 1997). Dominelli (1997) determine el Trabajo Social feminista como una forma de Trabajo Social práctico que tiene la desigualdad de género y la eliminación de la misma como punto de partida para trabajar con mujeres, al igual que con individuos, grupos u organizaciones, buscando promover el bienestar de la mujer tal y como lo definan las propias mujeres. El Trabajo Social feminista se distingue más por sus postulados filosóficos y por sus consecuentes orientaciones en cuanto a los valores que por establecer un conjunto unitario de técnicas. Estos postulados y concepciones del Trabajo Social feminista han sido alabados por su congruencia con los valores y principios del Trabajo Social. En su libro Not for Gals only; Social Perform Practice to get a Feminist Potential, Bricker y Hooyman (1986) describen los siguientes postulados sobre los que se fundamenta la práctica feminista del Trabajo Social: a) Fin del patriarcado. Mediante la valoración de las perspectivas y experiencias de las mujeres y reclamando su historia, y mediante la transformación de las relaciones sociales y personales y acabando con los sistemas de subordinación y privilegio.

Este movimiento implicaba la lucha por la liberación de las mujeres de su sometimiento por las estructuras sociales, políticas y simbólicas del patriarcado. El feminismo ha supuesto el cuestionamiento de las instituciones y tradiciones fundacionales del patriarcado a través de un largo proceso histórico de concienciación femenina y de lucha política.

forma la discreción profesional debe ejercerse revelando sólo aquella información relevante para el problema en cuestión y manejando y haciendo un seguimiento de la utilización de la información. El gestor de casos debe conocer: — Qué información es solicitada y quién la solicita. — Qué información puede ser obtenida y de qué forma. — Quién tiene acceso a la información sobre los casos y bajo qué circunstancias. — Poner los medios get more info para asegurar la certeza de las informaciones . — Medidas para retener y disponer de la información. 5. El trabajador social gestor de casos debe intervenir a nivel del cliente para dotarle y/o coordinar la prestación del servicio directo. La gestión de casos basa la intervención directa con el cliente en los siguientes ocho elementos: a) Acercamiento, remisión, identificación del cliente y compromiso. A través del acercamiento, el trabajador social identifica, accede y compromete a aquellos individuos que pueden beneficiarse del servicio. Ya sean clientes que hayan venido remitidos desde otros servicios o que hayan sido identificados como clientes potenciales, el trabajador social gestor de casos debe de explorar las circunstancias y recursos de los clientes para determinar la posibilidad de implicarlos en el programa de gestión de casos.

En tercer lugar, la selección de metas está influenciada por la disponibilidad de recursos ambientales, personales y terapéuticos. Después de haber seleccionado las metas, es necesario especificarlas en términos muy precisos que impliquen respuestas que serán producidas y las condiciones bajo las cuales éstas deban tener lugar. Esta planificación debe de hacerse para la planificación, realización y evaluación del tratamiento, sirviendo igualmente para aclarar los objetivos del paciente y del trabajador social, para seleccionar los procedimientos y para facilitar la evaluación del progreso y de los resultados. e) Planificación del tratamiento. En esta fase se requiere tomar decisiones sobre el marco del tratamiento y el agente que lo va a llevar a cabo, sobre los procedimientos que deberán ser utilizados y sobre las medidas necesarias para estimular la continuidad de los cambios favorables una vez terminada la intervención. A la hora de elegir los procedimientos se debe tener en cuenta un grupo de factores, como son: — Los deseos y valores del cliente, del trabajador social y de otras personas implicadas. — La posibilidad de modificar las respuestas del cliente respecto de su ambiente o modificar el ambiente como una forma de modificar el problema de conducta.

Report this page